Antropocentrismo

Matemos a las pitones. Porque ellas nos asfixian y nos asesinan.
Matemos a los tiburones. Porque no nos permiten estar en el mar con tranquilidad.
Matemos a los Hipopótamos. Porque nos atacan y nos matan.
Matemos a los tigres. Porque nos comen.
Matemos a todos y cada uno de los animales que representen un peligro para nuestra especie.
El mundo, el planeta tierra, es un escenario para crear nuestras viviendas y desarrollar nuestras existencias. Los recursos naturales son transformados para satisfacer nuestras necesidades, para recrearnos y divertirnos. Porque la vida es de nosotros, y la vida se vive.

Hemos exterminado especies y aniquilado gran porcentaje del planeta. Aún el día de hoy se fabrican abrigos con pieles de animales y los seres humanos las lucen como si fueran grandes trofeos, vanagloriándose de la ventaja que nos hemos creado.
¿De verdad la tierra se formó sólo para nosotros?
Hemos corrompido nuestro propósito.
Durante décadas nos hemos engañado, nos hemos hecho creer que somos el animal superior, aquél que rige el mundo a su imagen y semejanza. Y como consecuencia de ese autoengaño, el mundo se ha deteriorado, quizás de una forma irreversible.
Y seguimos sin darnos cuenta.

No es necesario prescindir de comodidades y entretenimientos para poder ornamentar nuestra existencia. Como sociedad moderna tenemos una gran responsabilidad, el hombre ya ha llegado a las estrellas, retroceder es imposible.
Pero no necesitamos retroceder para cambiar.
Empecemos a creer en la evolución.
Evolucionemos nuestras costumbres hasta reacomodarlas en armonía con nuestro entorno. La naturaleza es un ente viviente que no sólo fluctúa para nosotros. No somos los amos del mundo.
Si es posible evolucionar y predicar el respeto por nuestro entorno y los demás seres vivos con los que compartimos este escenario. No somos los únicos actores.
¿Qué tan utópica es una sociedad moderna que desarrolla tecnología avanzada para salvar a la naturaleza y a los animales?
¿Qué tan imposible es regenerar Las Vegas como una ciudad que no destruye al planeta?
Si ya hemos llegado a la luna...

Lo único necesario es entender que el mundo no es nuestro; entender que es totalmente necesario un cambio en nuestra mentalidad y en nuestras costumbres. En verdad hay cosas que no son tan necesarias. Y sobre todo, entender que le debemos un respeto íntegro a los demás seres vivos y a la naturaleza.

Y cambiar no es tan difícil.